La creatividad, los números, los planes o las buenas ideas son importantes, pero hay una clave: la organización y el orden.
Durante toda mi vida profesional he comprobado que una buena planificación, la constancia y la eficiencia suponen la diferencia entre el proyecto de éxito y el que fracasa. ¡No subestimes su poder para triunfar!
Así que prepárate tu bebida favorita y coge ya una libreta bonita, porque hoy quiero que des un paso más en tu vida!
Te traigo unas cuantas razones y acciones para cambiar y avanzar desde hoy mismo. ¡Allá vamos!
El orden importa, y mucho
Imagínate que te has propuesto crear una obra maestra. ¿Tendría sentido ponerla a la venta antes de armar el atril, el lienzo y las pinturas?
Al final, aunque sea una cuestión de lógica pura y dura, cuando lanzamos una idea, un proyecto o nos proponemos a hacer algo, lo que sea, tenemos tantas ideas que no siempre somos capaces de acompañarlas bien.
Lanzarte a un proyecto en el momento perfecto o haber conseguido una buena escuela, universidad o la empresa a la que tanto aspirabas trabajar puede ser la clave de tu éxito. O, quizás, haber escrito posts de diversos colores y temas para colgarlos en tu habitación y recordarte tus sueños. Pero todo tiene sus tiempos, y conseguir que sean perfectos genera buenos resultados.
Para ello, piensa en ese proyecto que tienes entre manos. Apunta en una lista todos los pasos necesarios, todo lo que tienes que hacer para conseguir tu objetivo (¿hacia a donde apuntas? ¿Qué quieres alcanzar? ¿Cuáles son tus sueños?), escribe todo.
Una vez hecho esto, crea bloques diferenciados por tipo de acción (generación de ideas, creación del proyecto, tus propuestas, tiempo estimado, compromisos …) y ordénalas por días o semanas. Ayúdate con un planificador para tu proyecto.
Tu tiempo es tu mejor activo
Si eres autónomo, lo sabrás mejor que nadie: tu tiempo es oro, Y es que, si eres responsable y eres capaz de hacer más en menos tiempo, puedes lograr más de lo que te propongas y contar con más tiempo libre.
No me refiero a que realices peor tus estudios o trabajo ni a que reduzcas la calidad de tus resultados. Hablo de detectar las fugas de tiempo y aquellas actividades que no te están aportando valor, pero que consumen parte de tu jornada diaria.
Pasa a la siguiente hoja de tu libreta y añade el título: “Test de eficacia”. Justo debajo, escribe tu principal objetivo (¿mejores notas? ¿mejor sueldo? ¿más amigos?).
Y ahora especifica todos los tipos de tareas que llevas a cabo a diario o de manera semanal. Apunta hasta las más pequeñitas (escribir artículos, estudiar los cursos que más se nos hacen difícil (un tema por día a la vez), publicar en redes sociales, diseñar, analizar lo que estoy haciendo mal y podría mejorar…).
Luego, añade tu reflexión al lado de cada una. Podrías eliminar alguna que no te está ayudando a conseguir el objetivo principal, Podrías automatizarla o agilizarla (por ejemplo, con nuevas herramientas)…
Las tareas rutinarias construyen tu imperio
Es el conjunto de minitareas —que en muchos casos son las mismas a diario— lo que construye tu personalidad, tu perfil y tus hábitos .Ejemplo: ordenar mi habitación, limpiar mi baño, ordenar mi ropa, ordenar mis materiales de trabajo, leer o ver las noticias, desayunar, etc.
Para recoger, primero hay que sembrar, y esto es más fácil si cuentas con una lista de verificación (checklist).
En una nueva hoja de tu libreta, haz un listado con todas las acciones que se repiten en tu vida. Por ejemplo, cuando publicas un post en tu blog, tienes que elegir las palabras clave, corregir las faltas, añadir etiquetas, hacer fotos, modificar las imágenes, publicarlo en cada red social… lo mismo sucede con nuestra organización básica, puedes hacer fotocopias de la lista, tacha a lápiz o plastifícala para no tener que reescribirla, y utilízala cada vez que tengas que ocuparte de dichas tareas. De este modo, no perderás tiempo en volver a pensar cada vez qué tienes que hacer.
Centrarte en las prioridades te hará brillar
Solo determinadas tareas son las que realmente te aportan un valor único y te diferencian del resto de tu competencia. Podría ser dibujar, escribir, pensar, reflexionar, inventar, diseñar… Tú sabes mejor que nadie qué es aquello en lo que eres un genio.
Pero resulta que, por la falta de organización, es muy habitual que estas tareas, precisamente las importantes, queden relegadas debido al estrés del día a día.
En la cuarta hoja de tu libreta lindísima escribe cuáles son tus dos mejores horas del día. ¿En qué momentos te sientes más creativo, inspirado o con energía? ¿A primera hora, por la noche, al mediodía?
Muy bien, pues esas dos horas que hayas elegido resérvalas siempre para dedicarlas a las acciones en las que brillas. Organiza y planifica tu día a día con base en esta decisión. Por ejemplo, empieza tu dia con las rutinas de urgencia según tu agenda, no revises mails hasta después de las 11am a no ser que esperes un mail de suma urgencia, en la última hora de la tarde, cierra todo y date un tiempo para respirar. Escribe las tres reglas de oro que hayas decidido a continuación.
Si las ideas no están ordenadas, no sirven para nada
Está genial que tu mente sea un hervidero de nuevas ideas, que te encante bucear por Google, Pinterest o leer blogs de tu profesión para crecer y que tu necesidad de aprender y curiosear vaya a mil kilómetros por hora. Todo esto está genial si las tienes bien organizadas y clasificadas, sobretodo controladas por el tiempo.
Por ello, ahora te propongo que todo lo que has ido recopilando y que tienes en la cabeza o escrito en papelitos sueltos a partir de ahora, cada vez que entre una idea a tu bandeja de entrada o a tu mente, irá directamente a la carpeta en cuestión.
Así, cuando vayas a lanzar ese servicio estrella, tendrás una carpeta repletita de ideas maravillosas: un tesoro que solo tienes tú y nadie más.
Espero que, a partir de ahora, la organización y la planificación sean parte de tu día a día. Y, sobre todo, que disfrutes con cada tarea, con cada minuto dedicado a tu proyecto y con cada libreta nueva que estrenes.
Te comparto una linda historia…..
Esa tarde estábamos en Japón.
Subimos al tren con destino a un pequeño pueblo en las montañas llamado Takayama.
Y algo extraño sucedió….
Por el altavoz escuchamos al conductor disculparse por el terrible retraso y las molestias ocasionadas. Pero… ¿cuál retraso?, definitivamente no habíamos notado que el tren arrancó exactamente 2 minutos más tarde de la hora prevista.
Nos miramos con cara de incredulidad.
Estás de acuerdo que en nuestro mundo occidental, 2 minutos de retraso ni siquiera se considera como un “retraso” ¿no?
Pero para la cultura japonesa, la organización y la disciplina (que tienen mucho que ver) están reflejadas en todas partes de su cultura. Un retraso de minutos representa que alguien o algo no cumplió con el sistema de organización planeado para que el tren sea puntual.
Y no solo en ese aspecto Japón es una cultura organizada, otro ejemplo, es la forma de organizar la basura.
Un pueblito llamado Kamikatsu se toma muy en serio el reciclaje; ellos no tienen la separación de basura estándar que conocemos entre orgánico e inorgánico, tienen 34 categorías ¡34!. Por ejemplo, cada tipo de lata tiene su lugar, cada tipo de papel, cada tipo de plástico y de cartón,…..
Todos los habitantes tienen que organizarse en su casa para que el sistema de reciclaje funcione, lo mismo para los hospitales y restaurantes. Pero, es gracias a esta organización que el 80% de la basura se recicla, reutiliza o composta.
Impactante pero cierto…
No es todo, tengo otro muy buen ejemplo de organización japonesa: ¿sabías que los niños en la escuela son los que tienen que limpiar todo al terminar las clases?
¡Es en serio! no existe el personal de limpieza, por eso, dejar todo ordenado y limpio es un símbolo de respeto y gratitud.
Mi intención con todos los ejemplos anteriores es hacer hincapié que para tener organización y orden, se requiere de un común denominador: la disciplina.
En Japón la disciplina se conoce como shutsuke y curiosamente está palabra también se puede traducir como “entrenamiento”.
Así que tener disciplina para ser más organizado es algo que todos podemos entrenar y la fórmula secreta japonesa que he creado para ti, te ayudará a tener más organización en tu vida.